Por Lida Prypchan
En el artículo “MÁS ALLÁ DEL AMOR Y EL ODIO: LEONARDO DA VINCI I”, expuse algunos rasgos de la personalidad de Leonardo Da Vinci. En el citado escrito expongo que Leonardo, ese ser enigmático de la época renacentista, sentía una gran repulsión por el sexo. Cité algunas frases de las que este artista se valía, para mostrarse tal cual era. Todo esto forma parte de un estudio psicoanalítico que realizó Freud.
En esta oportunidad, presentaré otro de los aspectos del análisis freudiano sobre Leonardo, esta parte es mucho más interesante que la anterior, pues Freud considera que un recuerdo infantil de Leonardo revela la idea obsesiva que el ingenioso artista llevó consigo durante toda su vida.
Como sabemos, Leonardo, era un estudioso de la Naturaleza y, en una oportunidad en que se hallaba realizando una investigación acerca del vuelo de los buitres, en medio de sus anotaciones, relató uno de sus recuerdos infantiles, el cual dice así: “hallándome en la cuna, se me acercó un buitre, me abrió la boca con su cola y me golpeó con ella, repetidamente, entre los labios”.
Ante semejante relato, Freud se plantea dos cuestiones: ¿Es posible que alguien tenga recuerdos de la época de la lactancia? ¿Es el contenido del relato un exceso inverosímil y fabuloso? A la primera pregunta se responde: no es imposible que un individuo conserve recuerdos de la época de la lactancia, pero tampoco puede considerarse como cosa demostrada. Y ante la segunda pregunta dice: no se trata de un recuerdo infantil, sino de una fantasía ulterior transferida por él a su niñez.
Sin embargo lo que buscaba Freud, no era averiguar si se trataba de una fantasía o si el contenido de la experiencia vivida era real o irreal. Lo que pretendía, era desmenuzar lo relatado, palabra por palabra, para hallar el verdadero significado de lo que Leonardo narraba, a propósito de estar estudiando los buitres.
Debido a que Leonardo era un hombre con un interés ilimitado por el conocimiento – y por lo tanto, leía cuanto llegaba a sus manos – Freud supone que esa gran base que el artista poseía en conocimientos había sido un factor influyente en la realización, o más bien, la creación de la extraña fantasía infantil. La encontró extraña, porque el contenido era un hecho inverosímil y concluyó, en primer lugar, que el relato, una vez traducido al lenguaje psicoanalítico, tenía una orientación erótica.
Antes de continuar con las impresiones de Freud, es necesario referir algunos hechos importantes en la vida de Leonardo. Leonardo, fue hijo natural, algo que para su época no era considerado socialmente como una mácula grave. Su madre, Catalina, mantiene relaciones con Piero Da Vinci, pero al nacer Leonardo, Piero, abandona a Catalina con su hijo y, se casa con Donna Albiera.
Los primeros 5 años de la vida de Leonardo, transcurren al lado de la madre abandonada, que trata a su hijo, proporcionándole las caricias que ella seguía necesitando de Piero y, las que ella considera que, Ser Piero, tendría que darle a su hijo. Es tratado, pues, como hombre, por carecer ella de un esposo que la acompañara en su tierna función de madre. Esto despierta en Leonardo, una sexualidad precoz, que reprime. Su represión lo lleva al punto de sustituir a la madre, pensando como ella, escoge modelos eróticos de su mismo sexo. Este hecho, hace que Freud, llegue a la conclusión que, debido a las tiernas caricias de la madre y la ausencia de padre, Leonardo reprime el amor que todo hijo siente por su madre, de forma erótica, sustituyéndose a ella y, convirtiéndose así en homosexual.
Ahora bien, continuando con el recuerdo o la fantasía infantil de Leonardo: Freud, retrocede hacia la antigüedad. Busca qué significado tenía el buitre. Encuentra que este animal era para los egipcios la diosa de la maternidad. Se ganó esta consideración, ya que existía la creencia que dentro de la especie de los buitres sólo había hembras.
¿De ser cierta esta afirmación cómo sería el proceso de la fecundación? Es la pregunta que nos plantearíamos intuitivamente. Se decía que llegada determinada época del año, los buitres hembras quedaban inmóviles en el aire, abrían la vagina y eran fecundadas por el viento. Freud, en vista de la leyenda de los buitres, concluye que el conflicto que Leonardo vivió en sus primeros años y, sus excesivas ansias de conocimiento, lo hicieron llegar a convencerse, que él era una de esas crías de buitres, que sólo tenía madre pero no padre.
Freud, por un momento se olvida de la antigüedad y regresa al contenido de la fantasía infantil de Leonardo. Si releen al principio de este artículo el relato de su fantasía, podrán darse cuenta de algo: es un relato puramente sexual. Él concluye que la cola del buitre, viene a significar el miembro sexual de un hombre, que Leonardo cubre con la imagen de la cola de un buitre; a continuación, relata un fellatio, es decir, un acto sexual en el que el miembro viril es introducido en la boca de la persona utilizada para lograr la satisfacción activa.
El acto descrito anteriormente, acto considerado por la sociedad burguesa como una de las más repugnantes perversiones sexuales, pierde su carácter repulsivo para la mujer enamorada y además, todos los que estupefactos y llenos de asco fruncen el ceño, se quedarían asombrados al saber el inocentísimo origen de esta actividad; no es sino la transformación de una actividad que de chiquitos nos encantaba: tomar leche del seno de nuestra madre.