Georgia O’Keeffe es mejor conocida por sus representaciones del sudoeste de Estados Unidos, particularmente por el color y la textura del paisaje y la forma de vida en Nuevo México. Sus cuadros de flores, son los más controversiales ya que hay quienes los interpretan como reflexiones acerca de la sexualidad de la mujer, aunque O’Keeffe ha negado que tuviera intención alguna de pintar más allá de lo que simplemente observaba en las flores mismas.
O’Keeffe, tuvo sus primeros contactos con el mundo artístico a raíz de su relación con un reconocido fotógrafo y comerciante de arte, Alfred Stieglitz, cuya galería exhibió sus primeras obras; inicialmente sólo unos carboncillos que uno de los amigos de ella le mandó al galerista.
En 1917, Stieglitz, hizo su primera exhibición de la obra de O’Keeffe y ella hizo su primer viaje a Nuevo México, el cual se convirtió en el verdadero amor a lo largo de su vida. Stieglitz y O’Keeffe contrajeron matrimonio en 1924, después de cinco años, durante los cuales se escribieron cartas. Ella tenía 36 años, mujer bien educada, bastante independiente y obstinada; y él tenía 59, se había divorciado hacía poco y tenía una hija con necesidades especiales. Se decía, que él estaba fascinado con la personalidad de O’Keeffe, convirtiéndola en una figura pública, a pesar de que ella hizo pocas apariciones en público.
Stieglitz, exhibió continuamente el de arte O’Keeffe en sus galerías, haciendo de ella un pilar de su éxito en el mundo del arte moderno. En 1932, a la edad de 45 años, O’Keeffe fue hospitalizada y trasladada a Bermuda, por lo que en esos días se caracterizaba como un “colapso nervioso” o más formalmente, “psiconeurosis”.
Después de estar hospitalizada y no pintar durante más de un año, reanudó su carrera pero con mayor énfasis en las imágenes que recopilaba en sus viajes a Nuevo México, que eran cada vez más frecuentes y extensos. Existen especulaciones acerca de los sufrimientos de O’Keeffe y el resultante tratamiento de salud mental.
Las dos posibles explicaciones sobre el origen de la crisis: 1) la imposibilidad de cumplir con la fecha de entrega de un mural que era para adornar el Radio City Hall en la Ciudad de Nueva York – un incumplimiento costoso – y, 2) Steiglitz, que continuaba casado con ella, mantenía una aventura amorosa con una mujer – casada también – mucho más joven que ellos dos, la cual duró más de una década y finalizó únicamente cuando él murió (Dorothy Norman, escasamente alcanzaba a ser una persona adulta, y era 18 años menor que O’Keeffe cuando se convirtió en la nueva fascinación de Steiglitz).
Muchas de las fotos que Steiglizt tomaba eran desnudos y, causaron sensación en el mundo del arte cuando se exhibieron en una exposición retrospectiva de su trabajo en 1921. “Me tomó fotos hasta enloquecerme”, se ha citado a O’Keeffe. Él vio muy poco a Georgia entre 1932 y 1935. Estaba consciente de que su hija Kitty, con una enfermedad mental crónica (tan sólo siete años mayor que Norman), y Georgia podrían comparar sus experiencias con él, ya que él dejó a su esposa y su hija por O’Keeffe. “A veces me siento como un asesino”, comentó Stieglitz en una entrevista. “Primero Kitty y ahora Georgia”. O’Keeffe y Stieglitz intercambiaron 25.000 documentos entre 1915 y 1946.
Después de la muerte de Stieglitz, O’Keeffe se encargó de manejar sus bienes, se mudó a Nuevo México y empezó a hacer las exposiciones de sus obras de arte, contribuyó con dos biografías y, se volvió personalmente más visible a medida que pasaba el tiempo.
En 1940, O’Keeffe, era el tema de un artículo especial de Vogue que incluía fotos tomadas por Cecil Beaton. Ansel Adams, Todd Webb y Arnold Newman también la fotografiaron, trabajo que originó una imagen mucho más amplia de O’Keeffe a la inicialmente presentada por Stieglitz de manera exclusiva. En 1971, O’Keeffe, perdió casi todo el sentido de la vista, aunque continuó trabajando con y sin ayuda, con diferentes técnicas hasta 1984. O’Keeffe murió a la edad de 98 años, después que el Presidente Ronald Reagan le hiciera entrega de la Medalla de las Artes, y el Presidente Gerald Ford de la Medalla de la Libertad.