Artículo sobre la película “El Diputado” o “La Vida Inmoral de un Hombre Público”
Dirigida por Eloy de la Iglesia,
y protagonizada por Luisa San José y José Sacristán
Acompañado por la misma de siempre (la soledad), está el diputado Roberto Orbea pensando. Un hecho transcendental logra hacerlo madurar en horas, más de lo que maduraría en 20 años. Éxtasis y desesperación le son proporcionados por la clandestinidad: pertenece a un grupo subversivo y es homosexual.
Sus primeros contactos homosexuales suceden en los recovecos del metro, en medio del hacinamiento carcelario y en los retretes públicos. En el seno del Partido Socialista español, conoce a Carmen con quien contrae matrimonio, previa comprensión por parte de ella de sus experiencias homosexuales.
Han pasado muchos años, hay rumores de que será elegido Secretario General del partido; en esa misma época cree que su homosexualidad quedó encajonada en aquellos escondites de la sordidez, pero conoce a una pandilla de chicos que son homosexuales por pasta (que en lenguaje coloquial español significa dinero y no se refiere al espagueti).
Uno de los chicos, por amor a la pasta, es contratado por el grupo político gobernante para enamorar a Roberto; desean desprestigiarlo. Todo se complica, porque el joven se enamora y se hace amigo de Carmen, con quien también hizo el amor, y los tres forman una gran espaguetada. Al darse cuenta las personas que lo contrataron de que el chico no les sirve para los fines que se han propuesto, lo asesinan en el apartamento de Roberto.
Buenas fueron las actuaciones de Roberto y el chico (Juan); por otra parte, Carmen es un personaje interesante, no sólo por su excelente actuación sino además, por su mensaje de complicidad y solidaridad con Roberto.
Las escenas que me parecieron más significativas:
En primer lugar: aquella en que Roberto se imagina en el banquillo de los acusados, comenzando a relatar sus inicios como homosexual, siendo él mismo su abogado defensor;
En segundo lugar: aquella en que presentan una retahíla de oficinistas (hijos de la burocracia), leyendo a la velocidad del rayo los antecedentes penales de Roberto, los interrogatorios y sus respuestas, mientras él nos guía, dando sus impresiones (o sea una visión retrospectiva de los acontecimientos);
En tercer lugar: unas orgías en las que se dictan clases magistrales de felatio, con una música de fondo tan ingenua, que resulta un chiste cruel.
La imagen muy nítida, el audio perfecto, el trabajo de cámara es muy bueno sin llegar a ser excelente y, la fotografía igual.
De las cosas bellas: la comprensión entre Roberto y Carmen. Es necesario agregar, en cuanto a la clandestinidad sexual de Roberto, que resulta interesante el hecho que no había lugar para críticas pues a Carmen siempre le habló con la verdad. En cuanto al resto de la gente, él no tenía por qué andar con un letrero en la frente que dijera “homosexual”, ni darle explicaciones a nadie sobre lo que hacía con su vida.
Evidentemente era bisexual; en cuanto a su homosexualidad: ¿habría que criticarla o aprobarla? Mi opinión: ni lo uno ni lo otro. Lo criticable sería las nefastas consecuencias que esta acarreó: la muerte de un joven y el derrumbamiento político de Roberto.
La clandestinidad tuvo sus encantos para Roberto y lamentablemente, él no pudo evadir sus trampas, pero se merece admirar en él la honestidad con su esposa. Triste sería, que fuese uno de esos que profieren discursos que luego sus actos niegan. Esto trae a mi recuerdo, a un señor muy “honorable”, que es sumamente estricto como padre, que se jacta de ser muy buen padre y esposo y, tiene una amante y dos hijos abandonados. ¡Un honorable hipócrita!