EL DESEO VS LA COMUNICACIÓN ¿SOLO ES QUÍMICA?

Por Lida Prypchan
Hay una canción muy sabrosa de Frank Quintero llamada “Química”, que describe la sensación compartida entre un hombre y una mujer como un magnetismo. La canción en cuestión dice “es un magnetismo que nos une” pero ¿los une el deseo o la química?

Eso de la química entre dos personas es más antiguo que Matusalén, solo que con el actual destape sexual los cantantes explotan la sexualidad al máximo con miras comerciales. Otros, en lugar de hablar de química presentan el amor como una cuestión de piel, pero yo no diría que se trata de amor sino de deseo, el deseo como una cuestión de piel.

Sin embargo, todavía falta algo, yo lo completaría diciendo que “el deseo es una cuestión de piel que, además, requiere de una relación y de la complicidad entre dos personas, con un cierto grado de compatibilidad o afinidad mental”. Porque pudiese ocurrir que alguien cuya piel nos magnetiza o nos atrae, tiene una personalidad o una manera de ser y pensar que nos hace olvidar o rechazar ese deseo que sentimos.

Es decir, se necesitan dos componentes: el físico (el contacto con la piel, la atracción, las feromonas) y el mental (la relación, la comunicación, la personalidad). La comunicación nos permite admirar o rechazar a alguien, a pesar de que en apariencia nos guste; también nos ofrece pistas para saber si ese individuo es apto para ser nuestro amigo.

Entonces, si estos dos componentes, tanto el físico y como el mental, se unen se puede hablar de deseo realizado; mientras que cuando el aspecto mental del otro nos produce desprecio, rechazo o incomodidad se habla de deseo irrealizado o irrealizable. Es común que muchas sensaciones de deseo quedan a nivel irrealizable, aunque algunos se lanzan a hacer la prueba sin estar seguros de lo que se inspiran mentalmente, por lo que fracasan y no se vuelven a ver. Recuerdan esos encuentros como una situación fría y sin sentido, porque carecían de cercanía en el aspecto mental.

Sin embargo, como los extremos están presentes en casi todo, hay que personas que sitúan en el extremo de asegurar que con la química les basta y les sobra. Por ejemplo, se han descrito casos de mujeres que no requieren de preámbulos para hacer el amor, lo que me parece contradictorio porque biológicamente la mujer es más lenta en su reacción sexual.

El hombre y la mujer no se diferencian marcadamente en cuanto al instinto natural, lo que sucede es que la sociedad establece patrones de represión sobre los instintos femeninos y patrones de libertad sobre los masculinos.

La sociedad impone estos patrones para intentar mantener una aparente estabilidad. La prueba está en que los niños y las niñas no son criados bajo los mismos patrones de educación sexual, porque a las niñas se les inculca la represión sexual con una continua repetición sobre la importancia de la reputación y la decencia. Y a lo mejor, es ésta misma prohibición lo que lleva a tanta gente a probar. En vez de cohibir, creo que lo ideal sería educar sexualmente a una mujer para que ella misma sea libre de tomar decisiones y cuidar de sí misma, así no habría necesidad de cuidarlas tanto.

Por otra parte, continuamente se escuchan canciones que pretenden inculcar la importancia del deseo, con un bombardeo sexual permanente. ¡El bendito monotema en que terminan todas las conversaciones de este mundo: sexo, sexo y más sexo!

Sin embargo, a pesar que existan más posibilidades de expresión y de prácticas sexuales, lo cierto es que han aumentado los índices de frigidez, impotencia, homosexualismo, así como de  infidelidad tanto femenina como masculina. Y cuándo se busca tanto es porque nada, ni nadie  satisface.  Entonces, ¿es esto una prueba de satisfacción o de frustración?

A mí me sorprende el modernismo que estamos viviendo, puesto que para el ser humano es indispensable sentirse querido y apoyado afectivamente, pero ¿por qué el modernismo intenta abolir la relación existente entre amor y sexo? Una mujer puede desear a un hombre pero si al tratarlo concluye que se trata de un idiota en su manera de pensar, o que se trata de esos que son “machos” pero no hombres (se puede ser macho y carecer de hombría); sentirá dentro de sí que ese deseo que sintió en un principio va disminuyendo hasta desaparecer.

Quizás sea un criterio obsoleto pero, para mí, el sexo no debe ser visto como una frivolidad sino que debe estar íntimamente ligado al amor, porque la química no es nada cuando no existen otros elementos que unan a dos seres. Lo ideal es buscar la belleza y la satisfacción de una verdadera unión sexual.