LA REINA DE HIELO

Por Lida Prypchan

Una de las madres más enloquecidas es la Reina de Hielo: una mujer imperiosa, hambrienta de poder que tiene un sentimiento de inferioridad escondido. Si bien íntimamente desea calidez emocional, logra que quienes la rodean no se le acerquen porque responde fríamente a los sentimientos de los demás. Es una mujer que rechaza y abandona. Utiliza una racionalidad fría y valora exageradamente el orden y la perfección.

Si sus hijas carecen de sentido de la disciplina y del perfeccionismo la Reina de Hielo las castigará con observaciones humillantes. Este tipo de madre no se siente a gusto con regalos o actos de generosidad, quiere ser oída pero no quiere oír a los demás, sobre todo si se trata de asuntos relacionados con la vida emocional de quienes  la rodean.

Algunas hijas de las Reinas de Hielo nunca llegan a aprender a recibir la calidez de otras fuentes y, ya enfriadas por la frialdad materna, se convierten ellas mismas en Reinas de Hielo. Estas hijas aprendieron que cualquier expresión cálida que sus madres se dignaran a brindarles, venían con una etiqueta de precio psicológico o emocional.

Ellas encuentran difícil recibir el regalo del amor y constantemente buscan los motivos ocultos para explicar tales actitudes. La hija de una Reina de Hielo que repite el patrón de su madre, desea amor y adoración de amigos y parejas, pero no puede retribuir estos sentimientos de la misma manera.

Otras hijas, que buscan derretir la atmosfera glacial que heredaron de sus madres, anhelan la calidez que no recibieron cuando niñas y pueden convertirse en personas muy dependientes, siempre a la búsqueda de la nutrición emocional que sus madres les negaron.

La madre o Reina de Hielo puede ser muy controladora, ambiciosa, manipuladora, impenetrable e insensible a los sentimientos de otros; al mismo tiempo es astuta, sabe cómo venderse en el mundo para lograr lo que busca.

La curación de una Reina de Hielo requiere del deshielo de los sentimientos congelados. Si logran abandonar la atmosfera helada, el crecimiento sucederá en forma natural. Un deshielo dramático se necesita a menudo para comenzar este proceso.

Algunas mujeres atrapadas en el síndrome de la Reina de Hielo tratan de alcanzar este deshielo por medio de conductas adictivas como excesivo consumo de alcohol o a través de la promiscuidad sexual o de la ingesta exagerada de comida. Estos tipos de intento son externos y destructivos y no proporcionan cambios duraderos.

La Reina de Hielo necesita aceptar el sufrimiento y las heridas más profundas que llevan internamente debido a su  formación y lograr la disminución de la vergüenza y del sentimiento de inferioridad que siente en secreto.

Debe aprender a no equiparar lágrimas con debilidad. Necesita aprender que un grito desde el corazón puede derretir los sentimientos congelados. Las lágrimas de empatía hacia sí misma la pueden ayudar a curar su Reina de Hielo interna.

El buen humor también es un elemento curativo para la Reina de Hielo, y necesita aprender a reírse de sí misma y de sus imperfecciones.